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¿Los rabinos aman el dinero?

El día en que Moshé se convirtió en contador

    Rabbi YY Jacobson

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  • August 8, 2012
  • |
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¿Los rabinos aman el dinero? - El día en que Moshé se convirtió en contador

Nadie me dice nada

Una mujer llama al hospital local. “Hola” dice, “Quisiera hablar con la persona encargada de dar información sobre los pacientes, por favor, quiero saber cómo se encuentra, si está mejorando...”.

“¿Cuál es el nombre y el número de habitación, por favor?”.
“Sara Cohen, habitación 302”.
“Aguarde un momento por favor, la paso con enfermería del sector”.
“Enfermería, ¿Cómo puedo ayudarlo?”.
“Si, quiero averiguar sobre la paciente Sara Cohen de la habitación 302, quería saber cómo se encuentra, si está mejorando...”
“Un momento... Acá está. Bueno, le cuento, la paciente está mejorando notablemente, hoy ya comió dos comidas, si sigue así en dos día el médico la enviará a la casa”.
“ ¡Qué bueno! ¡Gracias a D-os! ¡Que buena noticia!”
La enfermera dice: “Por su entusiasmo me imagino que es una amiga muy cercana de la paciente, o una pariente”.
“No....” contesta la mujer, “Soy la paciente misma, Sara Cohen de la 302, ¡lo que pasa es que acá nadie me cuenta nada!”.
 
 
 
Un largo viaje
 
 
Es un drama. Un pueblo exiliado en un país extranjero por más de dos siglos, y en condiciones intolerables, experimentan una milagrosa liberación a través de la manifiesta intervención de Hashem. En el Monte Sinaí, Hashem e Israel se hacen socios para el “Tikún Olam”, reparar el mundo alejado de su esencia. Nunca más en la historia sucedió que Hashem se saca el “velo” que Lo oculta, y se dirige tan abiertamente a un pueblo.
 
Cuarenta días después, las personas rechazan a Hashem y Lo sustituyen por un becerro de oro. El intento de Hashem de moldear a un pueblo e introducirlo en una labor sagrada, fue un fracaso total. Hashem ya no ve más valor en la “experiencia judía”.
Moisés intercede por Israel, logrando otra vez que Hashem abrace a Israel.
Hashem da instrucciones de hacer un Santuario, en el cual la “Divinidad de Hashem” se encontraría de forma manifiesta y accesible.
La gente comienza a donar grandes cantidades de oro, plata, cobre y otros materiales necesarios para la construcción del Tabernáculo. Moisés, por su parte, nombra a brillantes arquitectos, escultores y diseñadores para construir de la mejor manera la casa de la Divinidad.
Al principio de la Porción semanal “Pikudei” el trabajo está completo. Pronto, el santuario estaba erigido, y la Divinidad de Hashem residiría en el mismo. Es un momento importante en un largo y turbulento viaje de Israel. Hashem está a punto de unirse con su pueblo, Israel.
El héroe de la historia es sin lugar a dudas, Moisés. Con coraje triunfó sobre Hashem, (por así decirlo). Moisés es el hombre responsable de hacer llegar este momento, en el cual Hashem se reintroduce en el mundo.
 
 
Contabilidad 
 
 
En este momento la Torá interrumpe su relato sobre el Tabernáculo, sobre la Divinidad de Hashem, para pasar al tema de Contabilidad. Moisés comienza a detallar exactamente la cantidad de oro, plata y demás materiales que recibió, y a especificar justo cuánto utilizó en la construcción. Detalla hasta el último pedazo de materiales que recibió y utilizó.
 
¿Por qué? El Midrash relata que algunas personas murmuraban que Moisés tomaba fondos del Tabernáculo y los robaba para utilizarlos para sus propios fines. Por lo tanto Moisés escribió una detallada cuenta del destino de cada moneda que recolectó en la grandiosa “campaña de construcción”.
 
Recordemos:  Moisés, la persona más espiritual de la historia, hablaba directamente con Hashem de la misma manera que una persona habla con su compañero, el Rambam lo define como “el ser humano más extraordinario”.
Los judíos en general sabían que Moisés no era un charlatán, sabían que si Hashem confiaba en él, era porque era una persona digna. 
¿Solamente porque algunos judíos rebeldes acusaban a Moisés de robar el dinero para sí mismo, debía Moisés escucharlos y rendir cuentas para que no pensaran que utilizaba ese dinero para viajar en un crucero por el Caribe o para comprarse su nuevo auto cero km.?
Aparentemente Moisés podía decir: ¿Quiénes se creen que son para cuestionarme? ¡Yo entregué mi vida por ellos cuando Hashem quería destruirlos! ¡Hashem mismo me designó  a mi posición actual, en contra de mi voluntad! ¿Cómo se atreven a cuestionar mi honestidad?.
Estos sentimientos serían comprensibles. Sin embargo, sin que se lo pidieran, Moisés, en un acto que expresa humildad, se levanta y explica exactamente todo, hasta el último centavo que llegó a sus manos.
 
Una de las grandes autoridades halájicas, el Rabino Joel Sirkish (1561-1640), conocido como el "Baj”, aprende de este episodio una Halajá (ley). "Incluso los más respetados y queridos tesoreros de la comunidad o recolectores de caridad, deben dar una exhaustiva cuenta de cada centavo que recibieron y su respectivo destino". Incluso Moisés, la persona más confiable del mundo, se sintió obligado a hacerlo.
 
(Interesante nota de interés histórica: el Baj era una persona extremadamente rica, era rabino de Cracovia, prestaba sumas impresionantes de dinero a la comunidad y mantenía a muchos alumnos e instituciones).
 
Este es uno de los más importantes mensajes morales del Judaísmo: Cuando se trata de dinero ajeno, se deben rendir cuentas por cada dólar, por cada centavo, no mentir, no engañar. No se puede mentir a la gente y ser honesto con Hashem, con la familia, con los hijos, con su señora o con sus amigos.
 
Si sólo Bernie Madof se interesara e interiorizara este tema...
 
Todos necesitamos y por lo tanto apreciamos el dinero. A algunos de nosotros nos encanta el dinero. Incluso los líderes espirituales necesitan dinero y a menudo lo aprecian profundamente. Los rabinos también son seres humanos. Eso no es malo. Lo malo es cuando somos deshonestos con el dinero. Debemos aprender de Moisés y ser siempre capaces de dar una cuenta exacta por cada centavo que llegó a nuestras manos.
 
 
El respeto por otra persona
 
 
Hay algo más profundo aún. Moisés cree realmente en la dignidad de las personas y en su derecho de saber lo que ocurre con su dinero. Moisés no permite que su grandeza espiritual y autoridad extraordinaria creen en él un sentimiento de superioridad en el cual no necesitaría dar cuentas a nadie. Al contrario, él utiliza el poder que Hashem le otorga para conferir dignidad al pueblo.
 
Moisés es un ejemplo para todas las generaciones. Los líderes de todas las generaciones entendieron que lo que los hace líderes no es su carisma, sus habilidades, ni incluso el hecho que Hashem mismo los eligió para sus posiciones. Es mas bien, el hecho de que veían a los semejantes de igual a igual. Creían sinceramente en la dignidad de todos.
 
Los líderes inseguros tienen que recurrir al miedo para asegurar su posición. Mantienen distancia y no dejan que la gente se acerque demasiado a la verdad. La vulnerabilidad es demasiado peligrosa. A lo sumo, crean seguidores. Los líderes auténticos, por el contrario, ganan la confianza, el aprecio y el afecto de su pueblo, debido a su confianza y su fe inquebrantable de la majestuosidad de cada ser humano moldeado a la imagen de la Divinidad. Crean líderes.
 
Esto se aplica a todas nuestras relaciones en la vida. Si desea inspirar lealtad genuina en un matrimonio, en las amistades o en el lugar de trabajo, se debe apreciar a la otra persona tal como es y conferirle la misma dignidad con la que nos tratamos a nosotros mismo.
 
(Traducido por Rabino Moty Segal)

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    Rabbi YY Jacobson
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